miércoles, 25 de junio de 2014

La mejor novela de ciencia ficción jamás escrita

Posiblemente el género literario que más me interesa, diría incluso que apasiona, es el de la ciencia ficción. Los clásicos maravillosos de Julio Verne, como 'De la Tierra a la Luna' o 'Viaje al centro de la tierra' o la novela de Sir Arthur Conan Doyle 'El mundo perdido' fueron las primeras obras de este género que leí, allá en mi tierna infancia. Como es evidente, dada su calidad, dejando una huella indeleble.

 Más adelante llegaron otras novelas que me encantaron, como '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?', 'Un mundo feliz', los cuentos de robots del gran Asimov, 'Esfera', de Michael Crichton, etc. Ya ven que por calidad y fama de autores no ha quedado. Entre las últimas novelas del género que he leído están 'Lo que ocurrió...mañana', de Curtis Garland (un bolsilibro. Mucho más entretenida que 'El hombre en el castillo' en la que se basa. Se la recomiendo), Vampiro 2000 (también de Juan Gallardo, alias Curtis Garland), 'Mercaderes del espacio', de Frederik Pohl, 'Fahrenheit 451', de Ray Bradbury, y...tachán...'Solaris', de Stalislav Lem.

 Hacía tiempo que tenía ganas de escribir sobre esta obra maestra, 'Solaris', una novela que sin ser de terror por momentos da miedo, o como mínimo le pone a uno los pelos de punta. Que sin ser de suspense generan una intriga extrema a lo largo de todo el relato. Que haría pensar hasta al más descerebrado de los lectores. Una novela que según algunos no es una verdadera novela de ciencia ficción (no estoy de acuerdo, sí que lo es) pero que cuando la terminé no tuve dudas: la mejor novela de ciencia ficción que he leído jamás.

Lo malo, claro, es que mucho me temo que no volveré a leer nunca nada tan bueno. En fin, al menos siempre podré releerla de vez en cuando. ¿Que de qué va la historia? Bien, versa sobre un psicólogo que es enviado al planeta Solaris a una base espacial en la que hay solo 3 personas (al menos eso cree él al partir hacia allí) cuya misión es estudiar un planeta cubierto por una especie de océano. Un océano que construye por sí solo figuras muy complejas y elaboradas y que da señales de tratarse de una criatura inteligente. Sí, un océano que recubre un planeta entero, posiblemente inteligente.

Por supuesto, al tratarse de un ente tan distinto a cualquier ser vivo que conocemos los humanos, y al no tener nada parecido a órganos vitales (es una criatura homogénea), que no se reproduce, no habla, etc, no todos en la novela están de acuerdo en que se trate de un ser inteligente. Los 'solaristas' de la novela, es decir, los especialistas en el estudio del océano, se dividen entre los que creen que es inteligente y los que creen que no, y que achacan a otros motivos las manifestaciones extrañas del océano de Solaris. Lo malo para nuestro protagonista y sus acompañantes en la base es que las 'manifestaciones' no se tratan tan solo de esas construcciones asombrosas que elabora el océano, sino de otro tipo que no relataré aquí por no estropearles la novela a quienes no la hayan leído y tengan interés en hacerlo pero que desde luego son, al mismo tiempo, tan absolutamente deseables y maravillosas como espeluznantes y terroríficas. ¿Contradicción? No, en absoluto.
En el fondo, en mi opinión, la novela trata sobre un asunto poco tratado en el género pero que, si lo piensan, es lo más razonable que podría suceder en la realidad. En el cine y en la literatura generalmente los extraterrestres son criaturas muy parecidas al ser humano (muchas veces hasta son rubios y hablan en inglés, juas) y la comunicación, sea amistosa o no, no es difícil. En el peor de los casos, la comunicación se realiza a través de tecnologías de traducción o mediante el universal lenguaje físico. O sea, a tiro limpio. Sin embargo esto es bastante absurdo.

Solaris lo plantea de un modo salvajemente lógico: dos criaturas que se encuentran que son tan distintas entre sí que la comunicación es imposible y que ni siquiera saben si el otro es una criatura inteligente y sus actos un intento de comunicación, agresión, o puramente aleatorios o involuntarios. En esas circunstancias, ¿qué hacer? Si una de las partes agrede a la otra ¿como sabrá esta que es una agresión y no un intento de comunicación? ¿Y si se intenta comunicar y el otro no sabe qué quiere decir o si simplemente quiere decir algo? Los malentendidos, en tales circunstancias, pueden ser la excepción...o la regla, no hay forma de saberlo.

 Si tienen ganas de romperse los cuernos y terminar cada capítulo sin poder evitar pasar al siguiente para saber qué sucede, Solaris es su novela.



 PS: posiblemente alguien pueda pensar: 'bah, cuando te hablan tan bien de algo después siempre te llevas un chasco'. Sí, eso pasa mucho con el cine. Si vas a la sala con grandes expectativas es muy fácil que después la peli no responda a lo mucho que esperabas de ella. No tengo ese miedo respecto a 'Solaris'. La leí tras una gran recomendación y después de leerla creo que es la mejor que he leído nunca. Estoy convencido de que les puede suceder algo similar.

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