sábado, 7 de junio de 2014

En defensa del bolsilibro

En las últimas dos o tres semanas he leído cuatro novelas: 'El golem', de Gustav Meyrink, 'La muerta que vivió seis veces', de Silver Kane, 'Lo que ocurrió mañana', de Curtis Garland y 'El hombre en el castillo', de Philip K. Dick. Con diferencia, los que mejores (y breves, por su corta extensión) momentos me dieron fueron, de largo, las obras de Silver Kane y Curtis Garland. Dos bolsilibros.
'El golem' lo leí porque había visto reseñas positivas sobre él y parecía que tenía buena pinta. Que si la milenaria leyenda judía, que si un final 'asombroso e inesperado', etc. Al final, es uno de esos libros que solo sirven para presumir de haberlos leído, en plan qué culto soy, mira qué cosas leo.
 Es decir, un truño. Lo leí en el kindle y hasta el 50% aprox. del libro no hice más que bostezar pero uno es de esos que una vez que empiezan a leer un libro tiene como una barrera psicológica que le impide dejarlo tirado y pasar a otra cosa. Sí, ya sé que es una tontería, pero... Por otra parte, el estilo me recordaba un poco a Kafka y como es uno de mis fetiches literarios, pues seguía leyendo. Bien entrada la segunda mitad del libro pues ya uno está tan familiarizado con los personajes que va ganando en interés, y hay que reconocer que también el libro mejoraba un poco, objetivamente hablando. Y así hasta el final, en el que pude comprobar por mí mismo cómo era de 'asombroso e inesperado' ese final.
Como no podía ser menos...una mierda. Resumiendo, le recomiendo el libro a todos mis enemigos y a pocos más. Si quieren aburrirse para al final tener como premio un desenlace decepcionante...este es su libro.

 ¿'La muerta que vivió seis veces'? Entretenimiento de principio a fin, morbo, crimen, misterio. Lo que nos gusta, ¿eh? Uno de esos libros que jamás ganaron ni ganarán ningún sesudo premio literario pero que seguro mantendrá absorto en la lectura a cualquiera que empiece a leerlo. En mi caso, desde luego, una vez que empecé ya no paré.

 Algo similar me sucedió con 'Lo que ocurrió...mañana', del ya fallecido (DEP) Curtis Garland . Ay, qué grande el señor Don Juan Gallardo Muñoz. En esta novela Gallardo combina otras novelas como 'Cuando el destino nos alcance' y 'El hombre en el castillo' en una historia de viajes en el tiempo (cuántas novelas sobre este tema, desde el anacronópete hasta hoy). El resultado es magistral.

Atrapa desde la primera página, el primer párrafo, la primera palabra y, como en la novela de Silver Kane, uno no puede dejar de leer, intrigado y curioso por conocer el desarrollo y desenlace de la historia. De hecho, me gustó tanto que fue lo que me decidió a leer 'El hombre en el castillo'. Hacía mucho tiempo que la tenía en la 'cola de pendientes' pero siempre se colaba algún libro antes.
 Tras leer el bolsilibro de Curtis Garland, como ya sabía que la novela trataba sobre un mundo en el que la II Guerra Mundial había sido ganada por los nazis y era evidente que había sido la base de la novela corta de Garland, pues me decidí a catarla, a ver si era tan buena como su fama. Por supuesto, ni de lejos.

Un bodrio infumable donde los haya. Acaba uno de los pedetaxis y el libro del I Ching (un oráculo chino) hasta las narices. No me lo esperaba ya que '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' es uno de mis libros favoritos, pero... Resumiendo, de los cuatro últimos libros que he leído los más interesantes, amenos, absorbentes e incluso electrizantes han sido los dos bolsilibros. Estilo directo, sin kilométricas, inútiles y adormecedoras descripciones que no sirven más que para rellenar páginas al libro, anestesiando la libre imaginación del lector.
Quien haya leído 'La rebelión de Atlas', de Ayn Rand, saben bien a qué me refiero. Hay muchos autores a los que les da vergüenza, seamos claros, publicar un libro de 120 páginas así que deciden achicharrar al lector con descripciones y circunloquios sin fin, hasta conseguir cubrir 300 páginas. Ayn Rand era tal maestra en ese arte que logró superar las 1100 páginas con un libro de 150 páginas de contenido real. Como mucho.

Todo lo contrario que con los bolsilibros, donde no sabemos si los zapatos charolados del protagonista brillan a la luz de la luna como el pelo negro de un gato mojado bajo una agónica farola mientras las crepitantes gotas de lluvia caen en los charcos, generando miríadas de diminutas marejadas acuosas. No, no lo sabemos, pero nos lo imaginamos, porque nos lo permiten. No nos describen cansinamente cada pelo del mostacho del inspector de policía sino que nos dejan que lo imaginemos nosotros, dentro de los límites lógicos. 100% literatura neta. Imaginación libre.

 Hacía una auténtica burrada de años que no leía ninguno de esos bolsilibros Bruguera que tan agradables lecturas me daban en mis años infantes. Qué injusto fui (conmigo mismo, por no darme ese gustazo) todo este tiempo. Por suerte, topé con un blog que me recordó la existencia de estas joyas literarias y me he enganchado sin remedio. Al blog, y a los bolsilibros, de los que ya me he descargado (bendita Mula) una buena dosis. También se pueden encontrar muchos en las librerías de segunda mano, pero andan más bien escasitas de la colección 'Selección Terror' y 'Selección Terror Extra', que eran mis favoritas. Seguiré buscando esas joyas, de todos modos, a ver cuántas puedo conseguir. En mi propio provecho y disfrute.
Ah, ¿que cuál es ese blog? Este, no se lo pierdan por nada. Les dejo, que voy a leer 'Yo, Lázaro', de Curtis Garland :P .

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